lunes, 25 de mayo de 2015

El Ranking del Sr. H "El ejército de las tinieblas (Evil Dead III)"


El Ranking del Sr. H

El ejército de las tinieblas (Evil Dead III) (1992)


Queridos amantes del séptimo mugrearte, ya estamos de vuelta en una nueva edición de nuestro singular ranking. 

Vamos a cerrar el círculo de la trilogía "Evil dead" empezado hace unos días, esta vez hablaremos del más famoso y singular filme de la saga, "El ejército de las tinieblas".


*Este ranking contiene material spoiler.

Los personajes:

- El MVP: Ash William.

Lo sé, lo he vuelto a hacer, pero esta vez Ash está aquí por méritos propios.  Sus comentarios agudos y vacilones de continuo avivan una película que sin ese mordiente sería bastante regulera. Llega de esclavo, se adueña del cotarro, la caga y crea un ejercito malvado que luego destruye entrenando al resto y matando al malo. Por no hablar de que se hace una máquina de matar esqueletos con su destrozado coche muy chula y digna de una buena tarde del Equipo A.
¡Joder Ash, cómo has espabilado desde que te conocemos! Y cuánto has aprendido este fin de semana.

- El siempre TOP: Los esqueletos.

Sin quedarnos con ninguno en concreto, desde su aparición rondando la mitad de la película, mantienen un nivel muy top en sus acciones. Sin ser una maravilla de los efectos especiales, resultan bastante creíbles a nivel técnico (recordemos el año de la película) y aportan un sin fin de momentos divertidos y atrevidos.

- El raro, raro, raro: Los mini Ash.

Ni el cómo aparecen (del reflejo de Ash de trocitos rotos de un espejo), ni el cómo desaparecen (uno ahogado por agua hirviendo dentro de Ash que aparentemente es inmune al calor en todo su esplendor y el resto simplemente desaparecen del plano y ya) aportan algo a la película que no sea bizarro y suprimible del todo. No sabemos muy bien a cuento de qué.

- El duro de matar:  El alter ego de Ash (el señor de las tinieblas).

Le disparan en la cara, le descuartizan, le entierran "vivo" y nada, reaparece convertido en el señor del ejercito de las tinieblas. Después le trinchan con estacas y espadas, le prenden fuego y le lanzan al vacío y tampoco, vuelve como esqueleto. Luego le catapultan al espacio con un gran cargamento de dinamita que al explotar ya si parece que lo matan. Bueno, no iba a durar para siempre, pero el juego que da y la dureza que demuestra ante los ataques, junto con una chulería propia de su consaguíneo enemigo (tal palo tal ashtilla), hacen que hasta le cojas cariño.

- El ¡si lo sé no vengo!: El esclavo del ejército de Henry el rojo.

Total, que aparece secuestrado y recibiendo latigazos y en el minuto 10 de película le tiran a un endemoniado pozo que misteriosamente lo licua (ojito la cantidad de sangre de este tipo). Y resulta que luego podemos comprobar que en el pozo solo hay un charco y una señora muy fea que da puñetazos. Sólo funcionó la licuadora cuando le tiraron a él. Pobrete. 

- El Lamantabla: Lord Arthur. 

Solamente el rigor de mantener en el ránking de nuestras radiografías a personajes de la película me ha hecho no meter al equipo de peluquería como lo más lamantabla del largometraje. ¡Santo cielo! Que estilismo.

En parte por culpa de los anteriormente nombrados, nombramos a lord Arthur como el lamantabla.  Su flequillo cortado a mordisco junto con su larga melena  y frontal cejijunto van acorde con su actuación en la película. ¿qué queréis? ¿vosotros nos esperaríais un poquito más en una película del medievo de un tío que se llame Arturo y sea, a priori, jefe del tinglado?

Imperdible su ausencia de poder y carisma durante toda la peli, por no hablar de que necesita la ayuda de su archienemigo para solventar un problema que él solito se había creado. ¡pues eso, lamantabla!


Top momentos ¡qué me estás container!

Importante comentar la enorme cantidad de momentos sin sentido potencialmente atribuibles a momento ¡qué me estás container!. Véase el ejemplo de cuando el monstruo, recientemente descuartizado por una endiablada máquina de pinchos, sale ileso para ser "empujado" y volver al pozo de un brillante salto mortal con tirabuzón. O la pésima calidad del muñeco de plástico en la bipartición que sufre Ash para crear a su alter ego.

Pero de nuevo (estrella invitada de la película) el peluquero del rodaje tiene protagonismo de importante índole, regalándonos el momentazo ridículo del largometraje. 

Al lío. Nuestro querido Ash, recién salido del pozo (henchido de orgullo y bravuconería), luce pelazo de cierta largura. Desde ese momento, mientras se encamina en busca del Necronomicón, dispondremos de episodios exprés de peluquería donde veremos a nuestro héroe alternar pelo largo y corto de manera intermitente y demasiado seguida para deleite de nuestros ojipláticos rostros.

¡Pero qué nos estáis container! 

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